CASACIÓN LABORAL: CUANDO LA FORMA PUEDE MÁS QUE EL FONDO


Por Hugo Lascarro Polo

Abogado especialista en Derecho Laboral y Seguridad Social. Creador de contenido educativo jurídico en redes sociales.

En Colombia, la Corte Suprema de Justicia tiene, según el numeral 1 del artículo 235 de la Constitución, la función de actuar como tribunal de casación. Pero lo que muchos no dimensionan es que acudir a este recurso no solo exige argumentos jurídicos, sino también precisión técnica, estructura lógica y una comprensión profunda de cómo se construyó el fallo que se impugna.

Toda demanda de casación debe cumplir unos requisitos mínimos formales: identificar las partes, señalar la sentencia recurrida, sintetizar los hechos, declarar el alcance de la impugnación y expresar los motivos de inconformidad. Pero detrás de esta lista aparentemente sencilla, se esconde un desafío mayor: derribar la doble presunción de acierto y legalidad que ampara las decisiones de los Tribunales del país.

Esta presunción —basada en los principios de certeza y confianza legítima— parte de que las sentencias se dictan por jueces competentes, en ejercicio de sus funciones constitucionales. Por eso, solo un argumento sólido, preciso y bien estructurado puede ponerla en duda. De lo contrario, la sentencia se mantiene “incólume”, es decir, intocable. 

El numeral 5 del artículo 90 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social (CPTSS) define los elementos esenciales del recurso de casación. Allí se establece que el recurrente debe indicar el precepto legal violado, el concepto de infracción y, si el error proviene de una mala apreciación de las pruebas, identificarlas y explicar el tipo de error cometido.

Con base en esto, la Corte (CSJ SL, 22 feb. 2011, rad. 36684; CSJ SL1616-2023; CSJ SL174-2025) ha sido clara: existen dos caminos irreconciliables para plantear la violación de la ley sustantiva:

·       La vía directa, que parte de aceptar plenamente los hechos establecidos por el juez, pero cuestiona su interpretación o aplicación del derecho. Aquí no se discuten pruebas, sino conceptos jurídicos.

·       La vía indirecta, que se funda en errores de hecho o de derecho derivados de una deficiente valoración de las pruebas. En esta ruta, se busca demostrar que el juez ignoró, tergiversó o valoró indebidamente los medios de convicción.

El recurrente no puede transitar por ambas vías en un mismo cargo, porque una supone aceptar los hechos y la otra los discute. Si lo hace, la Corte simplemente desestima la demanda por defectuosa. 

El fallo CSJ SL, 27 feb. 2013, rad. 43132, reiterado en SL1529-2022 y SL174-2025, precisó que el censor debe identificar los soportes del fallo y escoger con cuidado la senda de ataque (fáctica o jurídica). Si el fallo tiene fundamentos mixtos, puede acudir a ambas, pero en cargos separados y claramente identificados.

Esta distinción parece un detalle técnico, pero no lo es. De hecho, de la elección correcta de la vía depende la admisibilidad y el éxito del recurso. Una casación mal planteada, por brillante que sea en su fondo, se perderá en la forma.

Por eso, la Corte insiste en que no basta con tener razón: hay que saber demostrarla conforme a las reglas de técnica procesal. En casación, la forma es la puerta que da acceso al fondo. 

El rigor técnico del recurso tiene una justificación: preservar la seguridad jurídica y evitar que la Corte se convierta en una tercera instancia. Sin embargo, la práctica ha demostrado que este mismo rigor se ha transformado en un obstáculo para muchos litigantes.
La casación, que debería ser un instrumento de corrección judicial, termina siendo una carrera de obstáculos técnicos que pocos logran superar.

Esta situación plantea un dilema: ¿cómo equilibrar la exigencia técnica con el derecho de acceso efectivo a la justicia? ¿Debe el sistema mantener una barrera tan alta que deja sin revisión casos donde sí pudo haber error judicial?

Quizás el camino no es flexibilizar la técnica, sino democratizar su conocimiento. Enseñar a los abogados a estructurar cargos adecuados, y promover desde la Corte una pedagogía de la casación más orientada a la comprensión que al formalismo. 

La casación laboral exige un dominio detallado de la doctrina jurisprudencial y de la lógica procesal. Por eso, asesoro en la elaboración técnica del recurso extraordinario, ayudando a identificar la vía correcta, estructurar los cargos conforme al CPTSS y fortalecer la argumentación probatoria o jurídica según el caso.

📩 Si deseas revisar la viabilidad de una casación o preparar un recurso sólido ante la Corte Suprema, puedo acompañarte paso a paso en su formulación técnica y estratégica. 

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