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En los últimos años, el derecho laboral colombiano ha venido reconociendo que la protección en el empleo no debe ser exclusiva de la maternidad. El fuero de paternidad es un ejemplo claro de ello: una garantía que busca blindar a los trabajadores padres frente a despidos injustificados durante el embarazo y lactancia de su pareja.
Tradicionalmente, este derecho estaba condicionado a que la mujer gestante careciera de un empleo formal. Sin embargo, la Sentencia C-517 de 2024 de la Corte Constitucional eliminó ese requisito, al considerar que la protección no puede estar supeditada a la situación laboral de la madre. Con esta decisión, la Corte reafirmó que el fuero de paternidad se fundamenta en la corresponsabilidad familiar y en la igualdad real de derechos, principios consagrados en la Constitución.
En la práctica, esto significa que ya no se puede justificar el despido de un trabajador bajo el argumento de que su pareja tiene un empleo. El mensaje es claro: la paternidad también implica responsabilidades que deben ser respaldadas por la ley, sin discriminaciones ni condicionamientos arbitrarios. Así como que despedir a un trabajador en estas condiciones constituye un acto discriminatorio que vulnera no solo los derechos laborales del padre, sino también los derechos fundamentales de la madre y del hijo o hija por nacer.
En tiempos donde la corresponsabilidad familiar es indispensable para avanzar hacia una sociedad más justa, el fuero de paternidad se convierte en un instrumento jurídico que no solo protege al trabajador, sino que también fortalece la política pública de igualdad de género y cuidado.
Por eso, más allá de la norma, el reto ahora es cultural y empresarial: reconocer que un padre que ejerce activamente su rol de cuidado no es un “coste” para la empresa, sino un pilar en la construcción de familias y comunidades más equilibradas.
Ahora bien, el trabajador conserva ciertos deberes: informar al empleador sobre el embarazo de su pareja y allegar una prueba válida en el plazo de un mes. Este equilibrio garantiza seguridad jurídica tanto para la empresa como para el trabajador.
El fuero de paternidad es, en definitiva, una medida que no solo protege la estabilidad laboral, sino que también promueve la igualdad sustancial y la protección de la familia como núcleo esencial de la sociedad. Es un recordatorio de que la equidad en el mundo del trabajo no es un privilegio, sino un derecho.
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